PYME: EL RETO DEL FUTURO COMO RETO PENDIENTE

La estructura empresarial de nuestro país impone la idea de que la transformación real de nuestra economía y, por tanto, de nuestra sociedad, no podrá llevarse a cabo al margen de las pequeñas y medianas empresas. El futuro ya no parece en manos de unos pocos, sino que sólo puede entenderse como responsabilidad de quienes – con su actividad diaria – vertebran los distintos territorios y realidades.

Cada PYME responde a un proyecto que encierra una causa, en la que se condensan sus verdaderas expectativas como empresa y que la llevará a tomar decisiones desde las que construir estrategias de acción frente a retos sociales globales irrenunciables entre los que se encuentran el ocio, los servicios, la igualdad, la sostenibilidad, el sector primario o la digitalización. En todo caso, las PYMEs se enfrentarán a la dificultad de desplegar sus estrategias a ritmos que no condicionen su competitividad. Tal vez pueda admitirse que hacer frente a tales retos sea una cuestión de escala, pero lo que es un hecho – que vivimos día a día en GESTIONA – es que el liderazgo de los emprendedores pasa por buscar la vanguardia y la innovación en cada decisión, sin abandonar la búsqueda activa de nuevas oportunidades de negocio.

Ahora bien, las PYMEs se mueven entre la Escila de la transformación y la Caribdis de la supervivencia, entre la sugerencia del futuro y la obligación del presente. Su vocación transformadora las empuja a desarrollar un liderazgo social, que les exigirá – no obstante – contar con herramientas, conocimiento e inspiración para tomar las decisiones correctas, que han de ayudarles no sólo a proyectarse sino a facturar, mes a mes.

Y es que, pese a la necesaria proyección hacia el futuro, buena parte de las decisiones de las PYMEs se inscriben en el ámbito de la gestión y pertenecen a la esfera más inmediata. La digitalización de la economía, las relaciones con las entidades de crédito, los balances, los impuestos, los cambios normativos, la gestión laboral o los riesgos jurídicos tienen implicaciones directas en la estrategia de presente de las PYMEs y apuntan – como decía Goethe – a la exigencia del día, que se dibuja en un contexto de cambio acelerado, que necesita de respuestas y de solvencia: adaptación a los avatares normativos, organización de la estructura financiera, control económico, prevención de riesgos laborales, jurídicos, fiscales… Esa exigencia del día tiene que ver, a menudo, con ámbitos muy poco inspiradores para el emprendedor y alejados de su foco del negocio, pero decisivos. Por ello, nuestra división GESTIONA PYMEs tiene como misión cubrir esas tareas ineludibles y que requieren una gran especialización, apostando por generar vínculos con cada proyecto, por construir y jerarquizar las prioridades, por facilitar la toma de decisiones a partir de los datos y por implicarse en la cultura organizativa de la PYME, en ese día a día tan poco atractivo para cualquier empresario o empresaria, con el fin de evitar riesgos y de mejorar la gestión de la organización.

Es así como GESTIONA apoya a las PYMEs, para que sean ellas las que, con sus ideas, puedan impulsar y liderar este nuevo tiempo.

GESTIONA bien. GESTIONA mejor.

GESTIONA.