PERCIBIR LAS OPORTUNIDADES DE UNA ACTIVIDAD MÁS SOSTENIBLE

Cuando el joven Boyan Slat, casi un niño, se planteó el reto de limpiar las ingentes cantidades de basura que acumulan los océanos, en especial, en las llamadas islas del plástico, que alcanzan las dimensiones de continentes, poco podía prever que el proyecto que surgió de su inquietud y que se denominó Ocean Cleanup pronto se convertiría en una línea de investigación, en una esperanza, en una expectativa sólida para solucionar el problema de los vertidos plásticos al mar y, al mismo tiempo, en una seductora oportunidad de negocio, por cuanto sus objetivos iban en la buena dirección. Los prototipos diseñados por la que hoy es ya la Fundación Ocean Cleanup, no se limitan a extraer con una mínima huella de carbono el plástico marino y fluvial sino a reutilizar esos plásticos y resignificarlos como nueva materia prima, lo que abre un nuevo escenario productivo.

Una de las cuestiones fundamentales que plantean los retos medioambientales del presente es que, de un modo u otro, clausuran la vieja idea del progreso – que hablaba del horizonte de un crecimiento infinito – y la estrellan contra la evidencia de la finitud de los recursos de que disponemos. Desde el Informe Meadows, de 1972, somos conscientes de que “No es posible un crecimiento ilimitado en un mundo en el que los recursos son limitados.” Ello nos obliga, lo queramos o no, a replantear todas nuestras actividades en un sentido que, lejos de llevarnos a la paralización, nos hablan de la necesidad de un cambio de rumbo. Las nuevas ideas, los nuevos proyectos, las nuevas empresas o la nueva producción serán sensibles a los problemas del medio ambiente o no serán. En la actualidad, el marco ineludible del trabajo y la creación de riqueza es el cuidado consciente y activo de la naturaleza, de sus ecosistemas y de su biodiversidad. En ese sentido, vivimos en un proceso de transición, que inevitablemente demandará paciencia y progresividad. Asumir el reto de la transformación no implica, en todo caso, de forma automática, pensar en cambiar las cosas de la noche a la mañana. Cualquier giro drástico generará malestar, incomprensión y, seguramente, un estado de ánimo contrario al cambio de mentalidad que se pretende. En este proceso transicional es muy importante que seamos capaces de ver y hacer ver las oportunidades que la nueva mirada al planeta nos ofrece y que entendamos que todos estamos llamados a participar en este proceso y, por la misma razón, a beneficiarnos de él.